Vistazo: Es grande. Muy grande. Inmensamente grande. Mide algo más de dos metros de alto y casi lo mismo de ancho. Tiene la voz pastosa y una molesta tos con flemas que suele escupir a cualquier lado.
Primer encuentro: Le odias, desde que le ves, desde que su apestoso aliento a alcohol y pescado podrido golpea tu nariz, le odias para siempre. Cobra por adelantado las apuestas.
Compatriota: Le gustan las niñas pequeñas, de piel blanca, la comida grasienta y la plata. No tiene ningún reparo en echar a cualquiera de su local si hay demasiado jaleo, y por echar se entiende el golpearle brutalmente y luego arrojarlo a los muelles.